Las brujas se trastean a júpiter
Las brujas se trastean a júpiter – Crudo
Bogotá está coqueta con sus andenes llenos de colillas, el aleteo de las palomas y ruido mucho ruido como siempre, vamos caminando por el Park Way; Manú saca de su bolsillo un chocolate, lo traga con agilidad, me pasa la envoltura para que jale un retazo y pida un deseo.
-Cierro los ojos y me imagino en una calle de Nueva York o quizás en alguna avenida de Júpiter.
Solo me apetece estar lejos muy lejos, así que tiro del papel con tanta fuerza como él, pero mi pedazo es diminuto, eso implica que su deseo se cumplirá y el mío irá a la basura con los trocitos de plástico destruidos. Siempre estamos buscando respuestas porque permanecemos en constante cambio en medio del caos que conlleva vivir, tal vez por eso me gusta que me lean el tarot una vez al año, me corto el pelo cuando entró en duelo debido a la pérdida de algo o alguien, para mutilar y arrancar de mí ese sentimiento de dolor, me doy la bendición bajo el símbolo de protección, quemó palo santo antes de cualquier reunión o situación importante, me pongo los calzones de la suerte para que pase o no pase lo que tiene que pasar, prendo una vela para darle luz a caminos que ni sé qué quiero andar, tiró el primer chorro para las almas del purgatorio por si de casualidad en algún momento llegó a ese lugar, miro al cielo algunas noches y le pregunto a la luna que me sucede y curiosamente, esa musa de poetas, escritores, mortales y sobre todo locos cuenta historias y verdades, misteriosas, curiosas, sabias y sobretodo buenas, muy buenas.
-Nadie mejor que la luna para enseñarnos con sus ciclos que no existe nada más antinatural que el no cambio, por eso algunas veces brillamos y otras nos escondemos.
Existe tanta magia que ni los escépticos escapan de ella, a todos nos han dado ofrendas en forma de regalo mientras nos conjuran felicidad y vida hasta el año diez mil, cerramos el ritual soplando las velas y pidiendo un deseo con fuerza, amor y optimismo; ese deseo que nos es concedido por resistir y vivir esta vida que bien jodida y divertida si es.
Somos ritos, péndulos, costumbres, símbolos que nos permiten ser transición en medio de la transformación de la incertidumbre, nos tejemos con hechizos para conocernos mejor, nos envolvemos en ceremonias disfrazadas de rutina para engañarnos y ayudarnos a creer que tenemos control sobre nuestras vidas, somos toda esa magia en la que creemos y construimos a diario.
Manú se burla de mi cara triste mientras pregunta por mi deseo, le susurró con pena y resignación mi sueño, él con una sonrisa pintada en los ojos me confiesa que su deseo fue que se cumpliera aquello que yo quería. Supongo que en ese regalo
existe magia, él que sabe que los ritos me empoderan y me llenan de fuerza, sin prejuicios y con humildad me sigue la corriente porque él también posee mañas raras, la verdad es que todos estamos envueltos en telarañas y no está mal, cada quien vive la vida como puede con las herramientas que cree y tiene.
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